Hace una semana justo Mimi, Raquel, Ester, Judith y yo fuimos a ver la última gala de OT 2011. Cabe decir que los que me conocen bien ya saben que yo no veo la tele a no ser de que sea un capítulo de Los Simpsons que se precie, pero esa fue una ocasión que valía la pena, aunque fuera para oler un poco el famoseo y distraerse de los exámenes. Hubo un momento crucial el que pensábamos que todo se iba a tomar aire, porque nos dijeron que no teníamos nosecuál
email de confirmación, cosa que obviamente no nos habían dicho. Menos mal que la buena mujer que estaba haciendo pasar a la gente se apiadó de nosotras al ver nuestra cara de sinceridad-decepción y nos dejó pasar de
strangis. Después ni mencionar la "cena" que nos dieron, lo único que valió la pena fue las patatas fritas y las barritas esas de chocolate que mmm... pero en fín tampoco se puede pedir peras al olmo. Total que vivimos la gala desde dentro, de principio a final. Una gala llena de sentido conmemorativo y reivindicativo a la vez, aunque no sé si ambas cosas estaban premeditadas de antemano (viniendo de Telecinco es sospechoso...). La actuación de Soraya fue de las que más valió la pena, ha hecho un buen cambio pasándose a la música
house. La noche ya habría sido redonda si hubiera ganado la persona más original de la edición, Jefferson, pero todos sabemos que España es el país de la pandereta donde quien vaya con un buen flamenquito "triunfa" fijo. En resumen, una tarde-noche entretenida al lado de la mejor compañía, aunque al día siguiente las pocas horas dormidas pasaron factura...
Supongo que ya habréis supuesto porqué no estoy tanto por aquí, sí, exámenes
again. Tengo que contar muchas cosas, prometo que en la Semana Blanca pondré esto al día.
¡Feliz domingo!
